sábado, 10 de octubre de 2009


Garganta cabeza de Medusa.


Tus palabras suenan como innumerables graznidos sibilinos.

No aprendes a callar...

Nunca oídos sensibles escucharon tan estridentes sonidos.

No aprendes a callar...

Tus palabras quieren ser de amor pero suenan como el ladrido del Can Cerbero.

No aprendes a callar...

No dejas de hablar cual vertiente de agua podrida.

No aprendes a callar...

Ese manantial de voz que brota solo produce enfermedad.

No aprendes a callar...

Aunque quieres arrullar tiernamente emites disonancias.

No aprendes a callar...

Desagradables y monótonas canciones son el canto de tu boca horrenda.

No aprendes a callar...

Ninguna nana que suene dulce sabes cantar.
Ninguna palabra de ayuda sabe ayudar.

No aprendes a callar...
¡No aprendes a callar!

Entonces...

Solo resta esperar.

Cuando Perseo corte tu cabeza de Medusa.
Encontrarás al fin la manera.

Aprenderás a callar.

Y esa Gorgona nunca más estará
cubierta de escamas doradas
y pelos de víbora

Y cuando aprendas a callar
nacerá Pegaso.

Sus grandes y bellas alas cabalgarán al viento con bridas de oro.

Matarás cuanta Quimera se cruce en el camino.
Ninguna Amazona los dañará.

Desdicha alguna no vivirán.

Y eternamente muda pasearán en tu alma.
Por caminos de amor y paz.

Siempre muda.¡ Siempre muda!.

Finalmente escucharán tu voz...

Oirán cuanto amor puedes dar.
Definitiva y Eternamente muda.

12 de agosto 2003

1 comentario:

susy dijo...

Quizá sea como decís, callar es lo mejor.