miércoles, 8 de septiembre de 2010

"El anciano de los días"




William Blake (Londres 1757-1827)

Es esta una representación mística, pero que en este caso no responde a una religión determinada.
Es la visión de quien ya no cree en ninguna religión y ve el mundo abocado al desesastre por falta de una espiritualidad acertada.
Es por ello una visión apocalíptica, y sus imágenes llenas de la misma irrealidad que las de la época románica
buscan precisamente en su misticismo, en su espiritualidad, un camino de introspección, de reflexión y de sublimación del mundo terreno y materialista.
De hecho parece una divinidad que mide y controla el universo.
La antomía a la vez tan simple y robusta del anciano; ese viento tormentoso que arrastra sus barbas y cabellos, así como la inserción de una serie de figuras geométricas básicas que crean la trama compositiva de la obra, dan como resultado una imagen de un indudable impacto, extraña y celestial, misteriosa y divina.


De hecho, esto es lo que me impactó de esta obra y por eso la comparto.